En retirada y con camuflaje

 










 Unos meses antes, en febrero de 1943, desfinanciada, la S.A.G.V.B. solicita donaciones de socios, amigos y vecinos para reparar las deficiencias del club que desde 1928 se ubica frente a la estación Malaver.
  En enero de 1944 el club adquiere algunos terrenos linderos, inclusive los destinados a la calle Jean Jaures, único acceso que los vecinos tenían para llegar a la estación Malaver.  Esto generará un singular reclamo que llegará a instancias del comisionado municipal teniente coronel Antonio Bottino.  Las presiones logran su efecto y el club decide mudarse a un lugar más tranquilo.   El 3 de marzo de 1945, los martilleros Rizuollo y Meyer anuncian el remate del campo de deportes de la S.A.G.V.B. que se produce el 7 de octubre de 1945.  De la subdivisión correspondiente se trazó una calle y 24 lotes de 10 metros de frente.  También se anunció el remate de las comodidades del local social, con su respectiva pileta de natación.  Ese mismo año, el club se traslada a José León Suárez.

Publicidad del remate de las instalaciones del club S.A.G.V.B. de Malaver el 7 de octubre de 1945
Construcción del gimnasio de S.A.G.V.B. en José León Suárez
    
También en febrero de 1943, el bar “Munich”, denunciado en 1941 de que allí se reunían alemanes afines al régimen nazi, cambia de dueño y de nombre.  Ahora se llamará “Deutches Haus”.  Lo mismo pasa con el bar de Lafayette y Rivadavia acusado también de acoger a nazis.  Cambia de propietario y su nuevo nombre es “Tronador”

  En 1944 se maquilla el nombre del Bismark Schule y se lo nombra “Colegio Argentino Germano Incorporado”, la Turn und sportverein Villa Ballester (Sociedad de gimnasia y deportes de Villa Ballester, la menos contaminada, pasa a llamarse “Sociedad Argentina Alemana”.  Otras instituciones alemanas hacen lo mismo y las reuniones nazis dejan de ser públicas.  Ahora son a puertas cerradas y cada vez más discretas.



  Cuando el 27 de marzo de 1945 el presidente Edelmiro Farrel decretó el estado de guerra a la Alemania Nazi y al imperio del Japón, se terminaron definitivamente las reuniones nazis en todas las organizaciones alemanas.  Desde el “Circulo alemán de beneficencia y cultura”, pasando por la “Sociedad Coral Alemana”, la “Sociedad Argentina Alemana” y el “Colegio Argentino Germano”.  Este último fue confiscado y apropiado por el gobierno por tratarse de propiedad enemiga, reabriendo sus puertas recién el 20 de marzo de 1952 con el nombre de Instituto Ballester y mismo director: Martín Lange.  La misma suerte tuvo el Holters Shule. 
  Aunque en principio alrededor de 600 alumnos debieron ser distribuidos en distintas escuelas, muchos padres optaron por enviar a sus hijos a las clases que los docentes de los colegios alemanes seguían dictando en forma particular.  
  Llegó un día de agosto de 1945 en que todos aquellos extranjeros de países enemigos debían presentarse ante la comisaría una vez por mes.  En ese entonces las reuniones nazis, que ya habían dejado de tener una regularidad importante, muy reducidas en número, pasaron a ser totalmente herméticas.   

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